1. El Proceso de urbanización a lo largo de la historia
A lo largo de su historia, la población humana ha pasado por épocas en las que, como hemos visto, crecía lentamente, y otras en las que ese crecimiento se aceleraba. Dos grandes revoluciones económicas, la Revolución Neolítica (hace unos 10.000 años) y la Revolución Industrial (a partir de finales del siglo XVIII), permitieron una expansión de la humanidad por la superficie del planeta sin precedentes, al tiempo que su número crecía de forma llamativa gracias a la mayor disponibilidad de recursos que aportó cada una de ellas.

Cueva habitada en el Paleolítico y Castillo medieval en el enclave de Los Casares (Guadalajara)
Pero no sólo se produjeron cambios en el volumen de la población humana. También afectaron a la forma y los lugares en que el ser humano vivía. En primer lugar, después de cientos de miles de años de nomadismo, con el Neolítico aparecieron los primeros asentamientos estables o poblados en los que vivían, sobre todo, agricultores. Pronto, con el descubrimiento de la cerámica y los metales, fueron surgiendo poblados de mayor tamaño especializados en actividades artesanales y, principalmente, comerciales. Estos acabarían originando las primeras ciudades. Los grupos humanos que vivían del pastoreo o los que seguían dedicándose a la caza y la recolección de alimentos, mantuvieron formas de vida nómadas.
Así pues, al comenzar la Historia y las primeras civilizaciones, ya habían surgido los dos grandes tipos de poblamiento, o formas de asentamiento de la población: el poblamiento rural, basado en aldeas y asentamientos dispersos, y el poblamiento urbano, constituido por las ciudades.
Durante milenios, el poblamiento rural fue indiscutiblemente mayoritario, a pesar de que hubo épocas en las que las ciudades alcanzaron un gran esplendor, como en la antigua Grecia o en Roma. La decadencia de este último imperio, a partir del siglo III, provocó su casi completa extinción en Europa Occidental y el comienzo de la era feudal, en la que durante casi mil años, la vida transcurrió y se decidió en el campo, en aldeas, monasterios y castillos. Sólo a partir del siglo XI renacieron las ciudades en Occidente gracias al desarrollo del comercio, en muchas ocasiones al amparo de fortalezas o burgos, en torno a los cuales iban creciendo núcleos de población de carácter urbano, o bien en las pocas ciudades que habían sobrevivido desde la antigüedad, normalmente sedes episcopales o puertos marítimos.
Al terminar el siglo XIII, dichas ciudades habían alcanzado su máximo desarrollo, mantenían una intensa actividad económica y sus habitantes gozaban de libertades y privilegios singulares. Quedaban perfectamente delimitadas por recintos amurallados que unían a su función defensiva, otra de carácter administrativo, que las separaba del campo circundante en el que regían unas formas de vida y unas leyes muy distintas, enmarcadas dentro de lo que denominamos Feudalismo.
Sin embargo, la ciudad se topa en esta época con unos límites físicos difícilmente franqueables. El crecimiento de su población más allá de un umbral que permitiera abastecer de productos frescos a la ciudad, provocaba el desarrollo de enfermedades por falta de ciertas vitaminas, con consecuencias muchas veces devastadoras. Por ello, el tamaño de las mismas quedó estabilizado en función de la fertilidad y las posibilidades de su entorno para producir alimentos frescos y, durante siglos, pocas ciudades en Europa superaron los 150.000 habitantes.
Hubo que esperar al siglo XIX para ver cómo cambiaban las cosas. La Revolución Industrial trajo consigo la revolución de los transportes, con el protagonismo del ferrocarril como medio terrestre capaz de transportar grandes cantidades de mercancías a una más que notable velocidad. La rápida expansión de la red ferroviaria durante este siglo, permitió un crecimiento sin precedentes del número y el tamaño de las ciudades, ya que facilitaba su abastecimiento e intercomunicación.
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Difusión del ferrocarril en Europa entre 1840 y 1880
La revolución industrial también comportó el auge del llamado «éxodo rural«, una migración masiva de agricultores, que eran expulsados del campo a causa del creciente empleo de máquinas agrícolas y de los cambios en la estructura de la propiedad de la tierra. Ello unido al desarrollo de actividades como la minería, la industria textil o la siderometalúrgica, junto a la eliminación, gracias al ferrocarril, del problema que suponía el abastecimiento de alimentos frescos para muchas ciudades, permitió que estas se multiplicasen en número y crecieran en tamaño hasta superar en algunos casos el millón de habitantes.

Esquema síntesis de una ciudad europea tipo.
2. La ciudad en el siglo XX y en la actualidad
De esta manera, al finalizar el siglo XIX, en Europa había surgido la nueva ciudad industrial, ya de un tamaño considerable, y que reflejaba en su estructura, tanto los sectores que el pasado urbano había legado, el llamado casco histórico, como las nuevas áreas surgidas con la Revolución Industrial: las zonas industriales y de residencia obrera, las áreas de transporte (vías y estación de ferrocarril, carreteras, etc.) y el llamado ensanche burgués, área de residencia de la clase alta de la ciudad, que había abandonado las estrecheces del casco histórico para buscar espacios más amplios, limpios y ordenados. Se desarrolla también en el interior de la ciudad, en una zona céntrica y bien comunicada (normalmente entre el casco histórico y el ensanche burgués), el llamado Centro Comercial y de Negocios (por sus siglas en inglés, CBD), donde se encuentran las sedes y oficinas de empresas y organismos públicos, el comercio especializado y de alta gama,
Al entrar en el siglo XX, gracias al mencionado desarrollo industrial y al comercio colonial, este tipo de ciudad se consolida en Europa y acabará extendiéndose por el mundo con grandes o pequeñas variantes.
Con el tiempo, el crecimiento urbano generará graves problemas de congestión y comunicación, a los que se hace frente mediante transformaciones en la distribución de las áreas urbanas, el reparto de funciones dentro del tejido urbano y la construcción de importantes infraestructuras de comunicación y transporte. Surgirán así zonas residenciales para la clase acomodada y otras para la clase media o media baja (urbanizaciones y barriadas), áreas de poblamiento marginal (chabolismo), áreas industriales y de servicios (polígonos) y centros comerciales en la periferia, amplios y bien comunicados, para descongestionar el centro urbano.

Bilbao y su área metropolitana.
Hoy en día, la tasa de urbanización, es decir, el porcentaje de población que habita en ciudades en relación al total, ha superado ya, en el mundo, el 50%, es decir, la mitad. En los países desarrollados, este porcentaje se eleva al 77,5%, lo que, en definitiva, demuestra que la tasa de urbanización es un indicador de desarrollo económico y social. Todo hace pensar que, a medida que avance nuestro siglo, la población urbana en el mundo, seguirá creciendo a buen ritmo, hasta situarse porcentajes similares a los que hoy tienen los países desarrollados.
Llegados a este punto, he aquí una lista de términos clave cuyo significado debes conocer:
- Poblamiento rural / poblamiento urbano
- Tasa de urbanización
- Burgo
- Casco histórico
- Ensanche burgués
- Centro Comercial y de Negocios (CBD)
3. Características de la ciudad actual
Hoy en día, las ciudades han crecido tanto en número y tamaño, y su influencia sobre todo el territorio es tan intensa, que comienza a hablarse del «fenómeno urbano» para referirnos a la expansión de los modos de vida propios de este tipo de poblamiento y a la creación de espacios supraurbanos, de dimensiones considerables, que ocupan un territorio muy superior a la ciudad tradicional.
En definitiva, podemos definir y caracterizar el poblamiento actual por una serie de rasgos, como son:
- Es aquel que está integrado por el conjunto de asentamientos humanos que llamamos ciudades, que son núcleos de población de tamaño medio o grande, con una estructura interna compleja, tanto a nivel funcional como social y económico, y una elevada densidad de edificación y de población.
- En él, se desarrollan actividades económicas encuadradas, principalmente, dentro de los sectores secundario y terciario, especialmente comercio e industria.
- Las ciudades ejercen múltiples funciones que influyen sobre un amplio territorio en torno a ellas y que son de tipo político-administrativo, económico, cultural, etc.
- El plano urbano suele ser el reflejo de la evolución histórica de la ciudad desde su nacimiento o fundación, y puede adoptar múltiples formas, según la disposición de calles y edificios, o trama urbana. Los más conocidos son el irregular, el ortogonal y el radiocéntrico.

Distintos tipos de planos y tramas urbanos
Actualmente, el poblamiento urbano adopta múltiples escalas y formas, producto de su expansión y crecimiento. Además de ciudades, propiamente dichas, hablamos también de:
- Áreas metropolitanas, que se forman por el crecimiento de una ciudad principal que va absorbiendo el espacio urbano de otras menores que crecen cerca de ella.
- Conurbaciones, que se producen por la unión de varias áreas metropolitanas o ciudades de similar tamaño e importancia.
- Regiones urbanas, que se forman cuando el poblamiento urbano se va extendiendo hasta adquirir escala regional.
- Megalópolis, que serían el resultado de la unión de varias regiones urbanas, creándose una sucesión de grandes ciudades y aglomeraciones urbanas.
La mayor parte de las formas de poblamiento urbano anteriores, surgen en países desarrollados, ricos o emergentes, de larga tradición urbana o de fuerte crecimiento industrial. Aunque en ellos el rápido crecimiento de las ciudades ha generado graves problemas de congestión, contaminación y marginalidad social, éstos tienden a solucionarse o bien a contenerse. En los países subdesarrollados o pobres, sin embargo, el rápido proceso de urbanización no se debe al crecimiento económico, sino a la masiva llegada de inmigrantes procedentes de las áreas rurales (éxodo rural), que desborda la capacidad de acogida de las ciudades y se asientan en grandes barrios con apenas servicios e infraestructuras, creándose así, gravísimos desequilibrios sociales y económicos.
Para ampliar la información anterior y saber más sobre las ciudades en general, y las españolas en particular, puedes ira esta página:
https://geoblografia.wordpress.com/geografia-de-espana-7-morfologia-y-estructura-urbanas/