Durante esta semana, se celebra en la localidad polaca de Katowice, la cumbre mundial del clima. Los datos que recogemos en la gran mayoría de las estaciones meteorológicas del mundo, nos muestran año tras año, trimestre tras trimestre, un constante aumento de la temperatura global a nivel del suelo. Si queremos dejar a nuestros descendientes un planeta habitable, no queda más remedio que actuar con urgencia, intentando detener dicho calentamiento. Es por ello que los líderes políticos y económicos mundiales se reúnen regularmente para tratar este asunto en grandes y pomposas cumbres como las de Rio, Kyoto, París o, este año 2018, Katowice, una ciudad en el centro de una de las grandes cuencas carboníferas del mundo. Y es que el carbón y los demás combustibles fósiles, como el petróleo y el gas natural, al ser usados como fuentes de energía, son los responsables de la emisión de los principales gases de efecto invernadero, entre ellos el CO2.
En el siguiente vídeo, elaborado por la NASA, se comprueba fácilmente el incremento de la temperatura global durante los dos últimos siglos:
En el mapa que se expone a continuación, elaborado por una universidad norteamericana y publicado en el portal Motherboard, se puede observar en qué medida se van a ver afectados por el cambio climático y qué grado de preparación ante los efectos del mismo, tienen los diversos países del mundo.
A la vista del mismo, podemos extraer una conclusión rápida y contundente: los países con menores emisiones de gases de efecto invernadero, es decir, los que menos han contribuido al calentamiento global, son los que más van a padecer los efectos negativos del mismo; por el contrario, los países más contaminantes son los que recibirán un impacto menor y los más preparados para hacerles frente. ¿Injusto? Terriblemente injusto. Las medidas que se tomaron en su día, trataban de compensar esta situación, distribuyendo «derechos» de emisiones consideradas asumibles, entre los diferentes estados del mundo. De esta manera, quien contaminaba por encima de la cantidad que se le había asignado, pagaba a los países menos contaminantes por «hacer uso» de sus derechos de emisión no utilizados. El protocolo de Kyoto establecía estas cantidades y la UE pronto confeccionó una tabla de derechos y emisiones para sus países miembros. En el caso de España, la crisis vino a favorecer el cumplimiento de los compromisos adquiridos, pero el inicio de la recuperación económica supuso la vuelta a niveles de emisiones por encima de lo permitido, con el consiguiente pago de multas. En la imagen siguiente se puede observar la evolución de la emisión de gases de efecto invernadero en España, así como las proyecciones que hacia el futuro presentan las mismas. Si pinchas en ella, además, enlazas con el artículo de El País en el que se desarrolla dicha información.
Otra cara de este problema poliédrico es la fuerte dependencia económica que en muchos países se tiene de la explotación del carbón, tanto por la fuente de riqueza que es en sí mismo, como por el enorme número de puestos de trabajo que genera. Y hay que atender también este tipo de impactos, tal como se puede ver en el mapa de Europa expuesto a continuación:
Por todo ello, conviene estar al tanto de los compromisos adquiridos en materia de reducción de emisión de este tipo de gases por los distintos países contaminantes. Leer la noticia de RTVE o del diario EL PAIS, nos permite comprender mejor todo lo dicho. Pincha para ello en las dos fotografías
Para terminar, en el siguiente esquema elaborado por la organización no gubernamental WWF, se muestra un resumen de las principales cumbres del clima y los principales acuerdos para luchar contra el cambio climático que han tenido lugar desde la cumbre de la Tierra de 1992, celebrada en Río de Janeiro.