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Archivos Mensuales: marzo 2018

Comentar un paisaje turístico. Geografía de España

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Benidorm. Fuente: formaciónsostenible.org

He aquí una estupenda imagen para comentar un paisaje turístico.

  • Comencemos por un croquis de la imagen en la que individualicemos los diversos elementos que la componen:
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    En ella distinguimos un primer plano con vegetación natural (1), la ciudad de Benidorm (2), adyacente a las playas (3) y al mar (4); al fondo hacia la derecha de la imagen, se pueden observar campos de cultivos (5), espacios de color verde intenso con límites bien definidos (parcelas), y en último plano, montañas de no mucha altura pero escarpadas (6).
  • En segundo lugar, podemos optar por dos rutas: centrarnos en la ciudad turística de Benidorm y, a partir de ella, explicar el resto de elementos visibles en función de su mayor o menor relación con el turismo; o bien seguir un orden temático, es decir, comenzar por los elementos naturales (relieve, vegetación y clima, aguas y suelos) y continuar por los antrópicos o de origen humano (recursos y actividades económicas, poblamiento, vías de comunicación, impactos medioambientales, etc.)

A partir de aquí, es cosa vuestra el continuar cualquiera de las dos vías anteriormente indicadas. En clase veremos los resultados.

Como complemento de la imagen anterior, observad estas viejas fotografías del Benidorm de los años 50 y sacad vuestras propias conclusiones:

 

 
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Publicado por en 16/03/2018 en Geografía

 

Siete maravillas de la perspectiva arquitectónica

Uno de los aspectos más sorprendentes de la arquitectura es la posibilidad que ofrece de modificar la percepción del espacio, engañando al observador respecto a las dimensiones reales…

En el blog de arte en italiano Didatticarte, encontrareis algunos de los recursos utilizados más frecuentemente para ello. Accede al artículo siguiendo este enlace:

Source: Le sette meraviglie prospettiche in architettura

 
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Publicado por en 11/03/2018 en Arte

 

La enseñanza: un servicio público esencial.

Recientemente, en 2º de Bachillerato, estudiábamos en clase  la diversidad de los servicios que conforman el sector terciario de la economía.  Decíamos que una clasificación básica de los mismos los divide en dos grandes grupos, según su titularidad y sus fines:

  • Los servicios privados o de mercado, que son mayoritarios en España y son prestados por empresas privadas que cobran según precios del mercado a sus clientes o usuarios.  Si, por diversas circunstancias, no obtienen beneficios, pueden quebrar y sus clientes quedan temporalmente sin el servicio prestado hasta no encontrar una nueva empresa que se lo ofrezca.
  • Los servicios públicos o de no mercado, financiados por el estado con el dinero de los impuestos, se centran en aquellos servicios que no son cubiertos por la empresa privada (por falta de rentabilidad u otros motivos) o en aquellos otros considerados esenciales para la población y que el estado debe garantizar por ser derechos fundamentales recogidos en la constitución (seguridad, sanidad, educación, etc.)  Cuentan con la ventaja para el usuario de que no quiebran y, si son bien gestionados, el contribuyente puede asumir  su coste como una buena inversión.  Se enfrentan, no obstante,  al riesgo de corrupción que se puede generar en torno a ellos y al de la incompetencia de los cargos políticos que, ocasionalmente, los puedan dirigir.

Entre los servicios, como ya hemos visto, la educación es uno de los considerados esenciales para el crecimiento de la calidad de vida y del índice de desarrollo humano de cualquier país.  Es por ello que el estado, garante del ejercicio de los derechos ciudadanos, debe promoverla y llevarla hasta el último rincón del territorio y hasta el último habitante del mismo.  Es un gasto que, en última instancia, revertirá en beneficios inmensos para toda la población.

Cada euro destinado a educación, de los impuestos que pagan los contribuyentes, es una inversión fabulosa, que crea riqueza para la sociedad a medio y largo plazo.  De la misma manera que las infraestructuras físicas, necesarias para el desarrollo de un país, generan negocio y actividad económica (comercial, de transporte, industrial, etc.), la educación es una inversión dinámica. que comienza a generar dividendos prácticamente desde el mismo momento en que se invierte en ella, tanto a nivel individual (los alumnos se forman y aumentan su cualificación de cara a su futuro profesional), como colectivo (la sociedad se compone de ciudadanos cada vez más formados y que aportan más riqueza y bienestar al conjunto).  Igualmente, una buena educación, minimiza los gastos en otros ámbitos;  una  educación en valores, una buena educación vial o una educación para la salud, suponen, por ejemplo, un ahorro importante en medicinas y sanidad, en energía o, simplemente, en limpieza de calles.

Así pues, maximizar el rendimiento intelectual de los jóvenes, futuros ciudadanos, es la labor principal de los profesores y los convierte en pieza clave de la estructura del estado.  Bien es cierto que habrá profesionales de la enseñanza económicamente más «productivos» que otros (según la relación más directa que pueda tener la materia enseñada con un empleo concreto), pero no se ha de olvidar el «enriquecimiento» moral que, en una sociedad moderna, debe ir en paralelo al material.  Por ello, es imprescindible la dignificación de su labor profesional, inherente a la gran responsabilidad que sobre ellos recae, y la garantía de unas condiciones laborales específicas que les permitan desarrollar su trabajo con rigor y máximo aprovechamiento.

Por otra parte, hoy en día, ante la situación de crisis económica y de cambio de sistema en que vivimos, la enseñanza debe ser la pieza clave en la construcción de un futuro mejor, basado en la cualificación profesional, en la investigación y en la innovación.  Y, por ello mismo,  debe ser una enseñanza de calidad, socialmente consensuada  y que ofrezca las mismas posibilidades para todos, independientemente de su nivel económico, es decir, una enseñanza pública, un servicio público, en definitiva.

 
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Publicado por en 10/03/2018 en Geografía

 

¿Podemos alimentar a una población en continuo crecimiento sin comprometer el equilibrio ecológico del planeta?

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Recién terminada la parte del curso correspondiente a la economía y habiendo tratado con cierta profundidad la importancia de las actividades agropecuarias, conviene recordar que éstas tienen como objetivo principal la producción de alimentos, destinados, mayoritariamente, al consumo humano.  Hasta no hace muchas décadas, en España, la mayor parte de la población vivía en espacios rurales y trabajaba en la agricultura, por lo que podemos decir que éramos un país agrícola.  ¿Producíamos, en virtud de ello, una cantidad grande de alimentos?  No. Al menos no lo suficientemente grande.  Lo cierto es que nuestra producción apenas llegaba a cubrir las necesidades nacionales.  Muchos años, si las cosechas de cereales habían estado por debajo de lo normal, nos veíamos obligados a importar grandes cantidades de trigo y otras especies destinadas a alimentar a la población española.  Sin embargo, los productos de exportación, como el vino o el aceite de oliva, raramente sufrían estas escaseces y, cuando la cosecha no era buena, ello únicamente repercutía en el precio, sin que hubiera necesidad de importar.  Ello se debía a que la estructura de las explotaciones (grandes o pequeñas, tradicionales o tecnificadas, etc.) y el tipo de producción (para el consumo interno o para la exportación),  mostraban unas características muy distintas en uno y otro caso, tal como se vio en clase.

cereal recolectado y rastrojo empacado

 

¿Qué hubiera pasado en el caso de haber mantenido la misma estructura social y económica de la España de los años 50 del siglo pasado hasta la actualidad? Posiblemente, con el fin de obtener recursos económicos, el estado se habría visto obligado a aumentar el terreno dedicado a la agricultura de exportación, a costa de la producción para consumo interno, la cual, a medida que el número de habitantes aumentaba, se vería cada vez más insuficiente para alimentar a una población mayoritariamente rural condenada a la pobreza y la emigración permanente.  Es decir, la producción de alimentos secundarios o complementarios (vino, aceite de oliva, cítricos, etc. ) con los que otros más ricos completaban su dieta o disfrutaban, nos impediría producir suficientes alimentos básicos para nuestra subsistencia (cereales).

Pues bien, salvando las distancias y la virtualidad, algo parecido ocurre hoy en día con la producción y el consumo de alimentos en el mundo, con la agravante de que, en muchos casos, hablamos incluso de productos absolutamente accesorios como el café, el tabaco o decenas más.

En este artículo de «The Guardian» podemos valorar la dimensión del desequilibrio entre producción y consumo global de alimentos, sin contar con los hirientes contrastes entre países y clases sociales, que lo harían aún más radical en sus conclusiones.

Almost half of the world’s food thrown away, report finds

Food waste

Por otro lado, el hecho de vivir en un mundo globalizado en el que la población se halla sometida a enormes desigualdades en cuanto a la renta disponible y en el que el sistema dominante es el capitalista de libre mercado, nos debe alertar sobre las consecuencias trágicas que tiene lo que nos cuenta la noticia.  Si en el mercado mundial de los alimentos, una pequeña parte de la población compra de forma absurda mucho más de lo que puede comer, con la consiguiente distorsión de la ley de la oferta (bienes disponibles para el intercambio) y la demanda (necesidades), se produce una subida del precio de esos bienes, y consiguientemente, otra parte importante de la población quedará excluida de dicho mercado, al no poder pagar dichos precios.  La consecuencia directa será el hambre, a la que seguirá la desnutrición y, finalmente, las enfermedades y la muerte de miles de personas en todo el mundo, especialmente en los países pobres de África, Asia y América.  ¿Motivo de reflexión?  Sin ninguna duda.

En el siguiente artículo de la revista National Geography, se muestran los medios de que hoy disponemos para evitar el colapso alimenticio mundial y para acabar con el hambre en un futuro cercano en el que alcanzaremos los 9.000 millones de seres humanos en el planeta. Además de las fotografías, un texto muy interesante nos espera al final. Pincha en el título del artículo para acceder a él.

cinco pasos

Agricultura mecanizada

Después de haberte documentado con la información anterior,  enumera, en una columna, los problemas más serios a los que se enfrenta la tarea de alimentar a la población mundial; en una segunda columna, los problemas que pueden generarse al intentar cumplir con dicha tarea sin modificar los fundamentos económicos y técnicos de la estructura agraria actual; y en una tercera columna, posibles soluciones a dchos problemas. Trata de sacar conclusiones de todo ello.

 
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Publicado por en 02/03/2018 en Geografía