¿Qué vemos en esta imagen?
Se trata del Estrecho de Gibraltar, un paso obligado en las rutas que unen el Atlántico y el Mediterráneo. Es, al mismo tiempo, un espacio que comunica áreas distintas y una frontera entre dos continentes y dos mundos culturales muy diferentes. Es decir, si cruzamos el estrecho, no sólo cambiamos de continente, también de formas de entender y de ganarse la vida, de hablar y de pensar, de usar la tecnología, etc.
Sin embargo, a la vista de la imagen, ¿podríamos distinguir en la distancia África de Europa? Es decir, ¿desde dónde estamos mirando qué? En principio, y desde el punto de vista del medio natural no podríamos distinguir un territorio de otro; ni el relieve, ni el clima, ni la vegetación, son muy diferentes a un lado y otro del estrecho. Pero, ¿qué diríamos si descendiéramos a pie del terreno y observásemos las formas de vida, las costumbres, la cultura, en general, de la gente, y la forma en que ésta ha modificado el medio? El análisis del territorio es, en buena medida, una cuestión de escala y en él, los elementos humanos sólo aparecen al final, cuando nuestro punto de vista, se ha aproximado lo suficiente como para reconocerlos
Así pues, aquí y allá encontramos fronteras naturales y humanas que, como el estrecho de Gibraltar, delimitan territorios en los que el ser humano ha dejado una huella característica. La Geografía se encarga de estudiar esta huella en el paisaje, analizando las transformaciones habidas en el tiempo y sus rasgos actuales, explicándolos y valorando sus consecuencias.