La agricultura es la principal actividad económica del sector primario y, junto a la ganadería, es la que más extensa huella deja en el territorio. Las actividades agropecuarias (agricultura + ganadería) han sido responsables, desde su aparición, de las grandes transformaciones que buena parte de los ecosistemas planetarios han experimentado a lo largo de los últimos 10.000 años, convertidos muchos de ellos en paisajes agrarios. Durante ese tiempo, la población fue abandonando progresivamente la caza y la recolección de alimentos para dedicarse casi por completo a la agricultura, una actividad que ofrecía más garantías de subsistencia y una mayor calidad de vida.
En el mapa anterior podemos ver el potencial agrícola y ganadero de las distintas superficies y medios del mundo, en los que se asientan comunidades agrícolas muy diferenciadas. Las explotaciones agrícolas o agropecuarias, serían las unidades técnicas de producción, bajo la dirección de un mismo agricultor o empresario agrícola.
Aunque hasta no hace mucho la población dedicada a la agricultura en el mundo aún era mayoritaria (en 1950, un 64,6%), en la actualidad ha descendido por debajo del 40% debido, fundamentalmente, a la mecanización y la mejora de las técnicas agrícolas. Ello ha tenido, a su vez, dos consecuencias: por un lado, el aumento general de los rendimientos y la producción agrícolas, y por otro, la reducción de la mano de obra necesaria para obtener dicha producción, lo que ha provocado una emigración masiva desde las áreas rurales hacia las ciudades que se conoce con el nombre de «éxodo rural«.
Pero también ha habido daños medioambientales que, cada vez más frecuentes, hay que empezar a tener en cuenta. Para más información sobre el tema, pincha en el siguiente enlace, que te llevará a una noticia que puede servir como ejemplo del impacto de la agricultura moderna sobre el medio natural.
Así pues, aunque en el ámbito urbano, la agricultura nos resulte algo cada vez más ajeno o lejano, en Geografía debemos estudiar los espacios agrarios por tres motivos:
- En primer lugar, porque son los que abastecen a la humanidad de bienes esenciales y necesarios, como son los alimentos, y es conveniente conocer todos los elementos implicados en su producción y distribución.
- En segundo lugar, porque la agricultura tiene una enorme incidencia sobre determinados ecosistemas, y sobre el medio ambiente en general.
- Y, sobre todo, porque al tratarse de actividades que se desarrollan en horizontal, ocupan cada vez más superficie sobre el planeta a medida que éste se va poblando y aumenta la demanda de alimentos.
A continuación, veamos un esquema previo de todo ello pinchando en la imagen:
Factores del paisaje agrario.
En un paisaje natural, las formaciones vegetales existentes dependen de tres condicionantes esenciales: el clima, el suelo y el relieve. La temperatura y las precipitaciones (tanto en sus valores medios o totales como en su distribución a lo largo del año), la composición del suelo y la pendiente o la altitud, son factores que determinan el tipo de vegetación que va a crecer en un lugar. Por lo tanto, si dicha vegetación natural es eliminada para dejar paso a especies vegetales seleccionadas por el ser humano y cultivadas en parcelas de distinto tamaño, éstas deberán adaptarse también a dichos factores, a los que denominamos físicos. Así pues, la agricultura será una actividad económica muy condicionada por las características del medio natural pero, al mismo tiempo, si nos preguntamos por qué en una zona comienza a desarrollarse la agricultura, vemos que las respuestas dependen de otro tipo de factores que son de tipo humano. Entre estos, cabría destacar, la búsqueda de la propia subsistencia del grupo, el aumento de la presión demográfica, la obtención de beneficios por la venta de productos en el mercado, el desarrollo de nuevas técnicas que permiten cultivar nuevas especies más productivas, etc. Al conjunto de factores humanos específicamente agrarios (población activa agraria, tipo de propiedad y explotaciones, medios técnicos usados, etc.) que definen el tipo de agricultura que se da en un lugar, se le denomina estructura agraria y suele ser propia de cada país.
En general, podemos distinguir entre dos tipos de estructura agraria, una tradicional y otra moderna, que se diferencian básicamente por la productividad, mucho más elevada en la moderna, dada la escasa mano de obra que requiere y la amplia utilización de maquinaria y técnicas avanzadas de cultivo. Veamos el siguiente cuadro:
La Política agraria sería un conjunto de medidas de tipo político, administrativo y económico, destinadas a favorecer o impulsar el cambio de una estructura agraria tradicional a otra moderna, más productiva. Hoy en día, las explotaciones agrícolas se organizan de acuerdo con criterios empresariales para obtener el máximo beneficios de cada una de ellas, dejando la subsistencia en un segundo plano.
Así, por ejemplo, si nos encontramos en un medio natural caracterizado por un clima mediterráneo (con temperaturas suaves y sequía estival), relieve ondulado y suelos bastante fértiles, y en un país desarrollado con un sistema económico capitalista o de libre mercado y con nivel tecnológico avanzado y un sistema de propiedad de pequeño tamaño, la conjunción de todos estos factores, físicos y humanos, dará lugar a un tipo de paisaje característico similar al que aparece en la fotografía de abajo.
Secano, regadío y cultivos hortofrutícolas bajo invernadero.
Los elementos del paisaje agrario.
Son aquellos que son visibles y comunes a todos los paisajes, adoptando, no obstante, numerosas formas y tipologías en función de los factores antes mencionados. Son los siguientes:
- Las parcelas. Son las unidades mínimas de explotación agraria, bien delimitadas y ocupadas normalmente por un único cultivo. Pueden ser muy variadas en función del tamaño (grandes o pequeñas), la forma (regulares o irregulares) y los límites (abiertas o cerradas) que tengan.
- Los sistemas de cultivo. Abarcan desde las especies cultivadas hasta los medios y métodos usados para obtener una determinada producción. Los dos grandes tipos de sistemas de cultivo son los extensivos (si no se busca obtener el máximo rendimiento de la tierra) y los intensivos (en los que se persigue el máximo aprovechamiento). Según sea uno u otro el tipo de sistema, se utilizará regadío o secano, policultivo o monocultivo, barbecho o rotación de cultivos, etc.
- El poblamiento agrario y las vías de comunicación. Los edificios de viviendas y las instalaciones agrícolas o de otro tipo, así como las vías de comunicación que los unen, se pueden disponer, en función de los factores antes señalados, de forma concentrada o dispersa en el territorio.
Los tipos de paisajes agrarios.
Podemos dividir los paisajes agrarios resultantes de la actuación de los factores anteriores en dos grandes grupos, según el nivel tecnológico de los métodos empleados y el destino final de la producción obtenida (autoconsumo o mercado):
- Paisajes agrarios tradicionales: Se caracterizan por el uso de técnicas tradicionales, por la utilización de una abundante mano de obra y por destinar la mayor parte de la producción a la autosubsistencia. Los paisajes más extendidos son:
a) Paisaje de agricultura itinerante o de rozas.
b) Paisaje de agricultura sedentaria de secano.
c) Paisaje de arrozales de inundación del SE asiático.
d) Paisaje de agricultura irrigada de oasis.
- Paisajes agrarios evolucionados o modernos: Se caracterizan por una mínima utilización de mano de obra y un uso intensivo de maquinaria, fertilizantes y técnicas avanzadas de cultivo (selección de semillas, invernaderos, etc.) Su producción se destina íntegramente a la venta en el mercado y a la obtención de beneficios por parte del agricultor, que gestiona su explotación como una empresa.
Existe una gran variedad de paisajes modernos, encontrándose allí donde existen condiciones de elevado desarrollo socioeconómico, o bien en países en desarrollo en los que empresas extranjeras compran tierras que explotan de forma intensiva y racional (Agricultura o paisaje de plantación).