Este artículo es uno de tantos que podemos encontrar en los últimos años en los que se habla de emergencia climática. Podemos llamarlo como queramos, pero la realidad es el cambio climático en curso que los humanos (sin necesidad de meteorito, reventón magmático o suceso astronómico inesperado) hemos provocado.
Llevamos décadas aplazando soluciones drásticas, porque alimentar a una población creciente, que ya roza los 8000 millones es una prioridad. El problema es que no actuar compromete seriamente tal objetivo, ya que los cambios en los patrones climáticos sobre los que se fundamentan los sistemas agrarios actuales necesariamente van a generar una crisis agroalimentaria mundial que vendrá a añadirse a las crisis energética, económica, social y politica ya en marcha.
Actuar comenzando por nuestro ámbito más cercano, dando ejemplo con un comportamiento que reduzca nuestra huella ambiental al mínimo imprescindible y ayudando a crear conciencia de la situación en nuestro entorno, es el primer paso para salir de este círculo vicioso. La lectura de estos artículos contribuye a lograrlo y a acumular argumentos para ‘negar» a los negacionistas.